Hay que llegar
al final de la película para entender el sentido de una situación que parece
fácil, una aparente pesquisa policial, un aparente thriller. Junto con un
fiscal y un médico, intentando encontrar el sitio donde fue enterrado el
asesinado, la policía conduce por carreteras polvorientas y ocres a un presunto
asesino, incapaz, o así lo pretende, de encontrar el lugar. Poco a poco se irá
descubriendo las verdades de los personajes, sobre todo la del que lentamente
se irá convirtiendo en el central, el médico, sobre el que se cierra la
narración, describiendo su trayecto interior. A medida que la noche se cierra,
rota la oscuridad por los faros de los coches, aumenta la tensión y la fatiga,
lo que provocará que afloren otras sombras.
Impresionante
la belleza física de todas las imágenes, lo que provoca una gran experiencia
sensorial. El director insiste en el uso, característico de todas sus
películas, de esos largos planos por los que circula vida intensa. Al igual que
en toda buena obra la narración no debe ser el único asunto, debe ir acompañada
de la puesta en escena. Es más, acaba importando cada vez menos el
esclarecimiento de los hechos
En todo su
vigor encontramos la capacidad para hacer aflorar, la pulsión, la densidad, la
belleza y crudeza del mundo que caracteriza sus películas recientes, las únicas
posibles de ver en salas Uzak, Iklimler y Üç Maymun. Nuri Bilge Ceylan rueda de forma nada convencional, con
pequeñas digresiones que ponen distancia con el asunto central pero que no hace
disminuir el interés.
Como ejemplo
de la estrechez de miras de Boyero esta horrorosa crónica, que podría servir
para darle la razón a los que escriben en Lumière. He de confesar que cuando le
gusta una película a mí también; cuando a mi me apasiona a él le horroriza; las
que a mi me apasionan a los de Lumière les gusta y las que a los de Lumière les apasionan me
dejan indiferente.
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Enlaces interesantes:
- Cartas que intercambian Adrian Martin y Cristina Álvarez con motivo del Festival de Rotterdam de 2012 en Transit.
- Antonio Muñoz Molina habla en su blog sobre Le gamin au vélo.
Ardo en deseos de verla. "Uzak" me maravilló, "Los climas" me pareció peor pero no he podido olvidarla, "Tres monos" ya no me gustó tanto, pero la impronta de sus imágenes lo convierte en un director a seguir muy de cerca.
ResponderEliminarPara mí, gustándome las tres bastante, es "Los climas" la mejor. Me pareció que describía de forma inteligentísima los distintos estados de ánimo gracias a la imagen y el sonido, al uso de la alta definición.
EliminarUn saludo.