"El Infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio".

Italo Calvino. Las ciudades invisibles.

miércoles, 28 de abril de 2010

EL APICULTOR


Los apicultores aman su trabajo,

tienen una relación erótica con las abejas.

Esto los acerca a los artistas.

Theo Angelopoulos


Película ambiciosa y lírica, interpretada con introspección por Marcello Mastroianni que admirablemente hace suyo el personaje de Spyros, nombre del padre del director, hombre poco comunicativo que decide dejarlo todo por un viaje épico al volante de su camioneta, que le permita reconstruir lo que hay demolido en su vida, lo que le lleva a decir, en una frase de longitud poco habitual en él: “Si alguien me pregunta ¿quién eres?¿qué deseas? Nada, nada. Sólo estoy de paso”.

Spyros fracasa en su intento de reconectar con la humanidad, él que ha vivido intensamente en años anteriores, un hombre de hoy con un pasado detrás. Este fracaso se materializa en su relación con la promiscua joven autoestopista, perfecta negación de cualquier clase de memoria histórica, que lo acerca más a su final anunciado.

El apicultor es un retrato profundamente melancólico y sombrío del aislamiento y desarraigo del alma humana que hace pensar en Antonioni y su El desierto rojo, un testimonio implacable sobre el vacío existencial. Angelopoulos restringe su campo de visión a un personaje único en plena deriva existencial que atraviesa por última vez una Grecia que no comprende, sustituyendo su acostumbrada reflexión sobre la muerte de las ideologías, sirviéndose de una saga social, por esta elegía individual, sin por ello perder su capacidad para el lirismo, como en esa magnífica secuencia final, ese gesto de desesperación.

lunes, 26 de abril de 2010

VEDREBA

Rodada en las montañas del Cáucaso y extrayendo toda la fuerza de sus formas geológicas, de la arquitectura poco habitual que allí se encuentra, deteniéndose en los rostros y costumbres de sus habitantes, Abdulaze realiza un poema visual, basado en la obra del poeta georgiano Vazha Pshavella, nacido en 1981, de cuyos versos extrae literalmente los diálogos del film.

Este tipo de películas, que parecen exclusivas de los países del este, son muy poco conocidas más allá de sus fronteras, debido al aislamiento que sufrieron durante la guerra fría, y sólo se han podido ver tras las glasnot, pero tras la visión de Vedreba, y el recuerdo que guardo de Monanieba, me han entrado unas ganas enormes de seguir buceando en su filmografía y conseguir ver por primera vez películas de Binka Zhelyazkova o de Yuri Ilyenko, por ejemplo.

Para entender completamente esta, profundamente simbólica, película sería necesario conocer las costumbres y rituales de los diferentes grupos que viven en las montañas de Georgia, pero a pesar de este inconveniente, se trata de un gran y poderoso film. Las actuaciones y las imágenes tienen tal fuerza que en ocasiones es gratificante no seguir los subtítulos y atender exclusivamente al sonido y ritmo hipnotizante de las palabras. Doble motivo para ver la película dos veces, a ser posible en la misma sesión.


viernes, 16 de abril de 2010

REQUIEM FOR BILLY THE KID


En 2004, la francesa Anne Feinsilber, tras leer en el New York Times la noticia de que los sheriffs de Fort Sumner y de Lincoln iniciaban una investigación para determinar si verdaderamente Pat Garret mató a Billy the Kid y está enterrado en Fort Sumner, o bien acabó su vida tranquilamente en un poblado de Texas, decidió desplazarse a Nuevo México para realizar su primer documental. Para ello la directora mezcla, de manera bastante lírica, extractos de películas sobre el bandido (El zurdo de Arthur Penn y Pat Garret y Billy the Kid de Sam Peckinpah), fotos de archivo, entrevistas con habitantes de Nuevo México, anacrónicos y, a veces, patéticos cowboys que quieren formar parte de la leyenda, tomas paisajísticas y un diálogo ficticio con Billy the Kid en el que hablan sobre la leyenda creada entorno a su figura, llevando a veces demasiado lejos la abstracción, como la similitud forzada que establece entre el bandido y Rimbaud.

Entre investigación racional y sueño poético, Requiem for Billy the Kid, es una película original, dispar, elegíaca, no siempre convincente, pero con destellos de fineza artística, tras la que se encuentra una idea estimulante.

lunes, 12 de abril de 2010

THE ROAD

En 2006 el americano Cormac McCarthy, ya septuagenario, publica una de las mejores obras de los últimos años, por la que recibe el Pulitzer. El autor de All the pretty horses y No country for old men parece ser una fuente de adaptación para los estudios de cine. Tal vez lo que les interesa de las obras de McCarthy sea su simplicidad argumental dentro de la gran calidad literaria que, evidentemente, posee.

The road destaca por su economía de medios, la descripción como figura estilística, su universo despojado, sus vastos decorados, su ritmo lento y sus diálogos más interrogativos que llenos de respuestas. Palabras simples para transmitir lo esencial en unos paisajes americanos descritos sumariamente. En cada secuencia la película suscita numerosos interrogantes e interpretaciones que dan lugar a que nos preguntemos sobre nuestra vocación de hombres y sobre el sentido que se da a los otros, a las cosas y a la naturaleza, por tanto una reflexión sobre la condición humana.

The road , no sólo una road movie a pie, sino también una historia de aprendizaje, un cuento moral, describe la lucha por la supervivencia de un padre y su hijo, la lucha contra el desastre o, al menos, el intento por no formar parte de él, el esfuerzo por no ser ni víctimas ni verdugos , en un mundo sin esperanza, donde el suicidio es propuesto como alternativa al canibalismo, dos viejos tabú frente a frente. Dos seres negándose a ser contaminados por el embrutecimiento moral.

Uno de los mayores logros de la película es su capacidad para plasmar los paisajes, de sucia frialdad, la ceniza que todo lo envuelve. Se consigue escenificar extraordinariamente el mundo devastado creado por McCarthy, ese paisaje de desolación extrema, con árboles que crujen y se rompen.

Una adaptación lúcida, nada fácil, más que satisfactoria, captando su espíritu y tono, a pesar de haber suavizado la violencia, muchas veces dolorosa, del libro, por lo que no consigue la misma intensidad. Al optar John Hillcoat por la fidelidad absoluta al texto de McCarthy arrastra lo que para mí es el mayor defecto de la novela, esa última escena que rompe con el tono de todo lo anterior, que en la película se traduce en secuencias sobrias rotas por esa última escena llena de optimismo, incoherente con la lógica de la historia. Tampoco me agrada que el director rompa la áspera literatura del autor con concesiones emotivas al gran público, como todo lo filmado con su mujer usando otra fotografía muy distinta.


domingo, 11 de abril de 2010

CORRESPONDENCIAS

¿Qué tienen en común John Rabe y Nanking Nanking?

a) Cuentan el incidente del Puente de Marco Polo en la frontera del estado de Manchukuo.
b) Aparece un nazi responsable de una colonia extranjera.
c) Han tenido problemas con la censura china.